¿Cómo construimos el conocimiento?

Muchos animales aprenden, pero ninguno enseña… En este texto se repasan algunas concepciones tradicionales sobre la adquisición de conocimiento. Saco un extracto a modo de resumen:

La idea más simple y aparentemente obvia acerca de cómo se adquiere el conocimiento es que éste se toma de fuera, está en la sociedad, lo poseen los otros y nosotros nos apoderamos de él y nos lo incorporamos. Concepción emparentada con el empirismo. La posición contraria sería el innatismo, que afirma que nuestra mente tiene conocimientos a priori o innatos sin los cuales sería imposible conocer.

Ambas tienen dificultades en explicar satisfactoriamente la cuestión. Frente a ellas, el psicólogo suizo Jean Piaget propuso una explicación según la cual el conocimiento es el resultado de la interacción entre el sujeto y la realidad que le rodea. Al actuar sobre la realidad construye propiedades de esa realidad al mismo tiempo que construye su propia mente, por eso a esta posición se la ha denominado constructivismo.

La gran innovación de Piaget que es considerar que la formación del conocimiento hay que estudiarla a través de lo que sucede en el interior del sujeto. Esto supone un importante cambio de perspectiva, pues no se trata ya de estudiar lo que sucede fuera y ver cómo se reproduce dentro, sino que el punto de vista que se adopta es el del sujeto. La realidad exterior tenemos que suponer que es algo dado, pero el sujeto la tiene que reconstruir.

LENGUAJE Y SIGNIFICADO

Magritte instaura el desconcierto y la incertidumbre. La doble función consiste en demoler una domesticada y segura visión del mundo para sustituirla por otra totalmente diferente, inestable en todos los sentidos, de mayor movimiento y apertura, generadora de contradicciones y desalientos.

‘Esto no es una pipa’ es, más que un título, un pensamiento innovador. Un Manifiesto hecho con cinco escasas palabras (en nuestra lengua, seis en francés).

Pintado a mediados de los años 20, el cuadro recuerda que una de las funciones del arte se basa en la resistencia.

Ya no basta ver para creer ni servirse de la observación directa de los hechos. La afirmación de Magritte es una especie de contrainformación, o de doble afirmación, que sólo tiene sentido en la medida en que exige a nuestros ojos que recuperen la mirada perdida.

El comentario sobre el célebre cuadro de René Magritte (que aparece en el sitio de donde lo he cogido) pone el acento en la propuesta de cambiar la visión sobre la realidad. Valdrá para indagar acerca de la función del arte (en el tercer trimestre) al poner en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real, pero también nos sirve a la hora de considerar el conocimiento sobre la realidad.

Una cuestión sobre la que el lenguaje tiene algo que decir…

La filosofía del lenguaje está en la base de la teoría del conocimiento: cualquier justificación epistemológica requiere una previa justificación linguística, y el pensar riguroso hace que el lenguaje sea fundamental (esta es una concepción analítica de la filosofía).

Nos define nuestra conciencia del pensamiento: somos primates que sabemos que sabemos.

 – ¿Cuál es el grado de vinculación del lenguaje con el conocimiento? ¿Mucho o poco?

  • Podemos entender que es un medio para conocer; uno entre varios, habiendo maneras no linguísticas de alcanzar saberes.
  • O que es el medio por donde circula el conocimiento, su canal de circulación.
  • O bien que sin lenguaje no hay conocimiento. No solo expresamos o comunicamos información, sino que el lenguaje aumenta nuestro conocimiento.

– El aspecto de la significación: ¿qué significa que las palabras significan algo? Posibles interpretaciones:

  • Realista (externa): el significado se corresponde con cosas del mundo.
  • Metafísica (trascendentalista): el significado se corresponde con entidades inteligibles más allá del mundo sensible.
  • Mentalista (interna): el significado corresponde a entidades subjetivas del sujeto.
  • Conductista (social): el significado corresponde a acciones realizadas por los hablantes.

De manera que según lo que elijamos estaremos afirmando que lo cognoscible son: estados físicos/entidades suprafísicas/estados mentales/conductas públicas.

Recordemos a Ortega y Gasset, para quien el conocimiento es perspectiva, interpretación de la realidad, sometiéndola a una traducción. Conocer es dialéctica: ir hablando de las cosas. La palabra enuncia las vistas en que nos son patentes los aspectos de la realidad.

Conocimiento es pues traducción del lenguaje del ser al lenguaje del conocer; una interpretación de lo real. Perspectiva.

– Y recordemos que este punto se puede completar con el tema 6 del libro de texto.

Hormigas, arañas y abejas

Se trata de una interesante entrada sobre los límites del conocimiento, que copiamos de este interesante blog.
Las ciencias han sido tratadas o por los empíricos o por los dogmáticos. Los empíricos, semejantes a las hormigas, sólo deben recoger y gastar; los racionalistas, semejantes a las arañas, forman telas que sacan de sí mismos; el procedimiento de la abeja ocupa el término medio entre los dos; la abeja recoge sus materiales en las flores de los jardines y los campos, pero los transforma y los destila por una virtud que le es propia.
Ésta es la imagen del verdadero trabajo de la filosofía, que no se fía exclusivamente de las fuerzas de la humana inteligencia y ni siquiera hace de ella su principal apoyo; que no se contenta tampoco con depositar en la memoria, sin cambiarlos, los materiales recogidos en la historia natural y en las artes mecánicas, sino que los lleva hasta la inteligencia modificados y transformados. Por esto todo debe esperarse de una alianza íntima y sagrada de esas dos facultades experimental y racional, alianza que aún no se ha verificado.
Francis Bacon: Novum Organum, 95
Este texto de Francis Bacon nos ofrece una buena introducción a uno de los problemas más característicos de la filosofía como racionalidad teórica: el del origen y los límites del conocimiento. ¿Hasta dónde llega la capacidad del conocimiento humano? ¿Es toda la realidad permeable a nuestra razón o hay cosas que nos son incognoscibles? ¿De dónde proceden nuestros conceptos? ¿Son elaborados todos a partir de la experiencia? ¿O poseemos también algunos conceptos que no proceden de ella? ¿Es posible conocer más allá de la experiencia? Os dejo un nuevo glog donde se repasan las diferentes corrientes filosóficas que han intentado encontrar una solución a estos problemas epistemológicos:racionalismo (arañas), empirismo (hormigas) y apriorismo kantiano(abejas). Quizá le debamos al gran pensador alemán la mejor clarificación llevada a cabo sobre este complejo tema. 
No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. Pues ¿cómo podría ser despertada nuestra facultad de conocer, sino mediante objetos que afectan a nuestros sentidos, y que ora producen por sí mismos representaciones, ora ponen en movimiento la capacidad del entendimiento para comparar estas representaciones, para enlazarlas o separarlas, y para elaborar de este modo la materia bruta de las impresiones sensibles, con vistas a un conocimiento de los objetos denominado experiencia? Por consiguiente, en el orden temporal, ningún conocimiento precede a la experiencia, y todo conocimiento comienza con ella.Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro mismo conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones, y de lo que nuestra facultad de conocer produce (simplemente motivada por las impresiones) a partir de sí misma. En tal supuesto, no distinguiríamos esta adición, respecto a dicha materia fundamental, hasta que un prolongado ejercicio no nos hubiera ayudado a fijarnos en ella y no nos hubiera adiestrado para separarla.

I. Kant: Crítica de la razón pura, BI-2

El conocimiento científico, según Mario Bunge

El argentino Mario Bunge es un destacado investigador en el campo de la filosofía de la ciencia. En este artículo hace un breve repaso sobre las cuestiones epistemológicas principales, y nos recuerda las características del conocimiento científico:

El conocimiento científico es un saber crítico (fundamentado), metódico, verificable, sistemático, unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable (por medio del lenguaje científico), racional, provisorio y que explica y predice hechos por medio de leyes.

  • El conocimiento científico es crítico porque trata de distinguir lo verdadero de lo falso. Se distingue por justificar sus conocimientos, por dar pruebas de sus verdad, por eso es fundamentado, porque demuestra que es cierto.
  • Se fundamenta a través de los métodos de investigación y prueba, el investigador sigue procedimientos, desarrolla su tarea basándose en un plan previo. La investigación científica no es errática sino planeada.
  • Su verificación es posible mediante la aprobación del examen de la experiencia. Las técnicas de la verificación evolucionan en el transcurso del tiempo.
  • Es sistemático porque es una unidad ordenada, lo nuevos conocimientos se integran al sistema, relacionándose con los que ya existían. Es ordenado porque no es un agregado de informaciones aisladas, sino un sistema de ideas conectadas entre sí.
  • Es un saber unificado porque no busca un conocimiento de lo singular y concreto, sino el conocimiento de lo general y abstracto, o sea de lo que las cosas tienen de idéntico y de permanente.
  • Es universal porque es válido para todas las personas sin reconocer fronteras ni determinaciones de ningún tipo, no varía con las diferentes culturas.
  • Es objetivo porque es válido para todos los individuos y no solamente para uno determinado. Es de valor general y no de valor singular o individual. Pretende conocer la realidad tal como es, la garantía de esta objetividad son sus técnicas y sus métodos de investigación y prueba.
  • Es comunicable mediante el lenguaje científico, que es preciso y unívoco, comprensible para cualquier sujeto capacitado, quien podrá obtener los elementos necesarios para comprobar la validez de las teorías en sus aspectos lógicos y verificables.
  • Es racional porque la ciencia conoce las cosas mediante el uso de la inteligencia, de la razón.
  • El conocimiento científico es provisorio porque la tarea de la ciencia no se detiene, prosigue sus investigaciones con el fin de comprender mejor la realidad. La búsqueda de la verdad es una tarea abierta.
  • La ciencia explica la realidad mediante leyes, éstas son las relaciones constantes y necesarias entre los hechos. Son proposiciones universales que establecen en que condiciones sucede determinado hecho, por medio de ellas se comprenden hechos particulares. También permiten adelantarse a los sucesos, predecirlos. Las explicaciones de los hechos son racionales, obtenidas por medio de la observación y la experimentación.

OPINIÓN, CREENCIA Y CONOCIMIENTO: GETTIER

Supongamos que ayer a las diez de la mañana se estropea el reloj de Juan, sin que se dé cuenta de ello. Supongamos además que hoy, a la misma hora, Juan mira su reloj y obtiene la información de que son las diez. Cree que son las diez y efectivamente lo son. ¿Pero puede decirse que Juan sabe que son las diez?

Muchos filósofos han definido el conocimiento como creencia verdadera y justificada; es decir, que para saber algo sería necesario cumplir con estas tres condiciones:

a) Se cree en ese algo.
b) Ese algo es verdad.
c) Uno está justificado en creer ese algo.

Es la clásica definición tripartita de conocimiento: un agente A sabe que P, donde P es una proposición que describe un hecho del mundo, si y sólo si se cumplen esas tres condiciones: (i) A cree que P, (ii) P es verdadera, (iii) A tiene una justificación para creer que P.

En el diálogo Teeteto de Platón, un personaje dice: «Estoy pensando ahora, Sócrates, en algo que le oí decir a una persona y que se me había olvidado. Afirmaba que la opinión verdadera acompañada de una explicación es saber, y que la opinión que carece de explicación queda fuera del saber.» Platón no aceptaba la definición, pues en su filosofía la opinión lo es de cosas sensibles mientras que el conocimiento lo es de Las Ideas. Pero muchos filósofos aceptaron que tanto creencia como conocimiento lo son de cosas, siendo el conocimiento una creencia que además es siempre verdadera y está bien fundamentada.

Contraejemplos de Gettier

En 1963 se publica en la revista Analysis un brevísimo artículo del filósofo Edmund Gettier titulado ¿Es conocimiento la creencia verdadera y justificada? Allí se rechazaba la clásica definición tripartita de conocimiento mediante ejemplos de creencias verdaderas y justificadas que intuitivamente no aceptaríamos como ejemplos de conocimiento.

Podemos creer justificadamente proposiciones falsas, como cuando alguien cree que son las diez a las once porque mira su reloj (que siempre había funcionado bien) una hora después de que se estropee.

Gettier diseñó contraejemplos para la definición tripartita. En ellos, alguien tiene una creencia verdadera y justificada que sin embargo no es conocimiento. han servido para que pensemos en muchos ejemplos parecidos:

Estoy en una ceremonia, y le pregunto a un amigo al lado mío cómo reconocer a su papá, a quien yo nunca he visto. Mi amigo me dice que su papá es el único en la ceremonia que tiene bigote. Miro alrededor, y la única persona que tiene bigote está vestida de negro. Entonces, yo deduzco que “el papá de mi amigo está vestido de negro”. Sucede, sin embargo, que el papá de mi amigo en realidad justo ha ido al baño cuando he mirado. La persona que yo veo con bigote acaba de llegar y no es el papá de mi amigo. A su vez, el papá de mi amigo, efectivamente, está vestido de negro.

Vemos que:
a) Yo creo que “el papá de mi amigo está vestido de negro”.
b) Es verdad que “el papá de mi amigo está vestido de negro”.
c) Estoy justificado en creer que “el papá de mi amigo está vestido de negro”, porque lo he inferido del testimonio verdadero que me ha dado mi amigo.

Con esto, según los criterios vistos al principio, uno puede decir que yo sé que “el papá de amigo está vestido de negro”. Pero, ¿podemos decir que realmente lo sé?

Al mirar con calma el caso, encontramos que lo que debilita la creencia es que es mera casualidad que la creencia adquirida que “el papá de mi amigo está vestido de negro” es verdad. No hay un vínculo que una el hecho que mi creencia es verdad con la justificación que pretende sostener mi creencia. Y es que, un aspecto importante que interviene en estos contraejemplos es el azar, que favorece la verdad de ciertas creencias sin que ello implique la justificación de las mismas, como cuando alguien mira su reloj estropeado a las diez e infiere (acertadamente pero por casualidad) que son las diez.

Confiabilismo al rescate

-Otro contraejemplo:

Imaginemos que en una alejada región, existe una carretera en la que conduce Sócrates con su automóvil. Hacia los lados derecho e izquierdo, él observa una gran cantidad de lo que parecen ser graneros. Pero lo que Sócrates no sabe, es que esos graneros son en realidad fachadas de cartón, que están ahí digamos como decorado para una filmación. Desde la carretera, esos graneros de cartón son totalmente indistinguibles de los graneros de verdad. Si Sócrates llegara a afirmar que tiene el conocimiento que allí hay graneros, sería mentira, ya que no se cumple la condición de veracidad, aunque él crea y esté justificado para hacerlo. Pero supongamos que Sócrates señala un granero al azar que, por casualidad, sí es un granero auténtico, el único verdadero que hay, y dice la siguiente afirmación: «Ahí hay un granero».

En este caso concreto, su creencia es verdadera y está firmemente justificada. Sin embargo ¿podemos afirmar que Sócrates sabe que ahí hay un granero? ¿Estamos ante un caso de conocimiento? Atendamos a que él hubiera dicho lo mismo, de haber elegido cualquier otro granero. Se cumplen las tres condiciones de la definición clásica (Creencia Veradera Justidicada) y sin embargo no parece tratarse de conocimiento propiamente dicho.

-Otro más:

Imaginemos que Platón se encuentra cara a cara con Gettier. Platón ha observado claramente que Gettier tiene un calzado color carmesí, y por otro lado ha corroborado rigurosamente que Gettier recibirá un reconocimiento, por parte del pueblo, por su gran labor como pensador. Es decir, Platón está justificado en afirmar:

 (a) Gettier tiene calzado color carmesí y Gettier recibirá un reconocimiento por su labor como pensador.

De la proposición anterior, Platón infiere lo siguiente:

 (b) El hombre que tiene calzado color carmesí recibirá un reconocimiento por su   labor como pensador.

Platón está totalmente justificado en aceptar a (b) como verdadera, a partir de los fundamentos que establece (a), para los cuales tiene, como vimos, evidencia firme.

Pero supongamos que, a último momento, y sin que Platón lo sepa, el pueblo decide destinar el reconocimiento a Platón y no a Gettier. Imaginemos, además, que Platón también tiene un calzado color carmesí, aunque en ningún momento se percató de ello pues no tenía importancia. Entonces, vemos que la proposición (a) es falsa, mientras que (b) sigue siendo verdadera. Aquí llegamos al quid de la cuestión. Platón tiene la creencia verdadera y justificada de que (b) y no por ello podemos decir que tiene conocimientode que (b). En otras palabras, la proposición (b) cumple todos los requisitos necesarios para ser considerada conocimiento: es totalmente verdadera, Platón cree en ella y está justificado para hacerlo, pero vemos claramente que él no ‘sabe’ que (b), ya que la ha formulado en virtud de que era Gettier quien tiene calzado color carmesí, y que era también Gettier quien recibiría el reconocimiento.

Los problemas de Gettier señalan dos cuestiones:

  • La evidencia y el razonamiento por el cual justificamos una creencia puede implicar inequívocamente que esa creencia sea verdadera, aunque de hecho no lo sea. Es decir, es posible justificar algo falso.
  • Si se acepta una creencia verdadera y justificada, también se acepta como verdadera y justificada otra creencia que derive o esté implicada por la primera.

¿Soluciones al problema de Gettier?

Con esos problemas, Gettier consiguió abrir el debate acerca de qué es el conocimiento. Una opinión generalizada es que dichos problemas en realidad no constituyen una amenaza a la definición clásica, sino que más bien son malinterpretaciones de los conceptos de creencia, veracidad y justificación.

Por ejemplo, los sexadores de pollos saben distinguir un pollo macho de una hembra. Siempre han justificado este saber diciendo que lo hacían a través de la vista. Pero se ha demostrado, que en realidad, sin saberlo, lo distinguen por el olor.

En este caso sí estaríamos dispuestos a admitir conocimiento, y sin embargo la justificación, al ser errónea, no juega ningún papel. Parece ser que hay casos en los que «sabemos algo y no sabemos por qué».

Otras consideraciones que podríamos hacer para intentar responder a los problemas de Gettier:

  1. La definición de conocimiento es válida, en la mayoría de los casos. La tarea del filósofo es determinar en qué casos falla y por qué.
  2. Los contraejemplos son válidos, mas poco interesantes, ya que el verdadero problema es que no puede existir una definición general de conocimiento. Esta estrategia se inspira en el Wittgenstein de Investigaciones filosóficas (1953). No habría características comunes a todos los casos de conocimiento y sólo a ellos, sino un «aire de familia» entre los casos de conocimiento que reconocemos como tales.
  3. La definición de conocimiento es revisable, modificando sus cláusulas y/o añadiendo cláusulas nuevas:
  • Análisis causal: A sabe que P si y sólo si la creencia de A está causada por el hecho que hace verdadera a la proposición P. No se explica el conocimiento de hechos futuros o de verdades universales.
  • Análisis fiabilista: A sabe que P si y sólo si obtuvo la creencia mediante un método fiable. No se ha hecho más que interpretar la justificación como fiabilidad.
  • Análisis de la no-refutación: A sabe que P si y sólo si la razón por la que A cree que P no es refutada por alguna otra razón que a su vez no sea refutada.
  • Análisis del rastreo de la verdad: A sabe que P si y sólo si A cree que P, P es verdadera, si P no fuese verdadera A no creería que P, y si en condiciones distintas P continuara siendo verdadera A continuaría creyendo que P.

En fin, recordemos algunas respuestas acerca de la cuestión ¿Cómo sabemos que sabemos?

-ESCEPTICISMO: «No tenemos forma de saber que sabemos. No podemos apoyarnos en nada para fundamentar el conocimiento. Nada es demasiado fiable».

Como respuesta al Escepticismo:

FUNDAMENTALISMO: Sí que podemos conocer. Todo el edificio del conocimiento está construido sobre unos principios o bases autoevidentes que no es necesario justificar. Esta base es la experiencia. Es decir: «tengo pies porque los veo».

COHERENTISMO: Sólo podemos justificar un conocimiento atendiendo a otro «conocimiento». Es decir, justificamos una creencia con otra creencia. Es algo así como una red o sistema de creencias infinito que no está sustentando en nada. Según ellos es el propio sujeto el que decide dónde parar esa cadena infinita.

CONOCIMIENTO Y TECNOLOGÍA

Hay una tradición crítica-racional representada por la Escuela de Frankfurt que señala la barbarie que puede llegar a producir el conocimiento científico-tecnológico. Adorno y Horkheimer se preguntaron cómo fue posible que aquella racionalidad ilustrada destinada a emancipar el género humano haya acabado por desarrollar un mundo tecnificado en el que el ser humano, como una cosa más, se encuentra dominado y alienado (anulado) por ese afán por controlar la naturaleza.

La visión tradicional de la ciencia que desprecia la historicidad del conocimiento, porque tan solo le interesa su aplicabilidad y eficacia a la hora de transformar la realidad: la ciencia cosifica todo aquello que estudia. Pero las teorías científicas, aparte de sofisticadas operaciones y observaciones, son procesos sociales: el visto bueno de muchas hipótesis científicas no se da en las mentes de sus diseñadores sino en los gabinetes de los gobiernos y despachos de las grandes compañías. hay que conocer y juzgar la la función social y repercusión global de la actividad científica.

-(De nuevo se puede repasar los Problemas Éticos de la ciencia al final del tema 2 del libro de texto)

¿Qué tipo de racionalidad subyace en la sociedad industrial? En vez de la razón objetiva que aspiraba a armonizar todo (naturaleza y ser humano) en un orden jerárquico, triunfa una razón subjetiva que se mueve por intereses concretos; una racional funcional que reflexiona solamente sobre qué medios son necesarios para ciertos fines determinados: lo que manda son los intereses del sujeto individual o colectivo (el grupo, la comunidad).

Así, todos los productos de la actividad humana han devenido mercancía.

La racionalidad (pretendidamente objetiva tenía el defecto de que a través de la Religión y de la Metafísica inventaba mitos e ilusiones, denunciados como críticamente como supersticiones porque extralimitaban el uso de la facultad de pensar. Fue el éxito del Pensamiento Ilustrado contra el dogmatismo. Sin embargo, ese buen comienzo para la emancipación del ser humano con el tiempo ha generado monstruos que lo han deshumanizado.

¿Qué hacer? La Filosofía debe sacar a la luz los excesos de esa razón subjetiva triunfante, y tratar de superar ese antagonismo entre ser humano y naturaleza.

El intelectual Adorno trató, con su pensar inconformista, de impedir que la vida humana se autodestruya todavía más. Su método es dialéctico-histórico, llamado dialéctica negativa, para superar las tradicionales oposiciones entre sujeto-objeto o teoría-praxis. Así tenemos que:

  • Ningún objeto puede pensarse sin la mediación del sujeto, no se puede conocer aisladamente.
  • La teoría sin praxis manipula las apariencias sin llegar a la verdad radical, y la praxis sin teoría desemboca en la irracionalidad, en una revolución sin reflexión que conduce a la misma opresión.

Adorno propone pues una Teoría práctica y una Práctica teórica que se sirvan mutuamente. Ni un supersujeto ni un infrasujeto totalmente cosificado, sino un individuo autónomo que sea consciente de sus limitaciones y de sus determinaciones materiales e históricas. Contra una razón que identifica el desarrollo técnico-económico de la sociedad con el progreso de los individuos.

Enlaces:

DESDE OTRA PERSPECTIVA:

Un artículo a favor de la tecnología que propicia un nuevo conocimiento:

Los conocimientos, habilidades y competencias han cambiado en los últimos años. La cantidad de información que manejamos, los constantes cambios tecnológicos, la necesidad de sobrevivir en un entorno cambiante aprendiendo/conocimendo cosas que no nos servirán dentro de unos años…

Parece que el tipo de conocimiento que necesitamos hoy es operativo, de inmediata utilidad práctica.

Tres aspectos determinantes para el aprendizaje en nuestra sociedad:

  • Conocimientos: teóricos y fácticos
  • Destrezas: de pensamiento (lógico, intuitivo y creativo)
  • Competencias: responsabilidad y autonomía.

Se hace necesario, parece, tanto un conocimiento desechable (olvidable) para adaptarnos a los cambios como uno de base (conceptos sólidos para clasificar y ordenar todo ese volumen de información). Y para conjugarlos se hace necesario el uso de la tecnología para utilizar el conocimiento. El ejemplo de la consulta en internet.

Sociedades, conocimiento y tecnología:

Dos tipos de sociedades:

  • En la tradicional, el modelo es «la enciclopedia»: aprendizaje y almacenamiento de conocimiento, el «mira como se hace».
  • La del conocimiento: a partir de la evolución de la tecnología y de los medios de comunicación. Para poder utilizar y adecuarse a las nuevas tecnologías, se necesita pre-conocimientos (conocer previamente las herramientas, el software). Aparece una presión social para no quedar obsoletos ante las nuevas tecnologías.

El individuo ahora elige la información, mientras que en la sociedad tradicional se le imponía.

 

¿Qué es tecnología y qué es conocimiento?

Consideraremos la tecnología como un conjunto de conocimientos,formas, métodos, instrumentos y procedimientos que permiten combinar los diferentes recursos ( tangibles e intangibles ) y capacidades – saber hacer, talento, cultura, destrezas, creatividad – en los productos, los procesos productivos y organizativos para lograr que éstos sean mas eficientes para sus usuarios y clientes.

El conocimiento es un proceso o actividad humana de justificación de las creencias personales en su aproximación permanente hacia la verdad.

La información y el conocimiento, que a veces se confunden, son dos cosas distintas. La información es el medio o material necesario para dilucidar o generar el conocimiento. El conocimiento  no se refiere solo al significado, como información, sino que se refiere a las creencias, compromisos y sobre todo a la acción o experiencia practica.

Según Polanyi el conocimiento tiene dos dimensiones: El conocimiento tácito, personal, especifico, difícil de formalizar y comunicar y, el conocimiento explicito , que es transferible en un lenguaje formalizado y sistemático, las personas adquieren conocimientos creando y organizando de forma activa sus propias experiencias. La comunicación provoca el paso del conocimiento tácito a explicito, a base de ir  acumulando preguntas y respuestas, problemas y soluciones.

Diferencia entre sociedad de información y de conocimiento:

Sociedad de la información: Consumo de información. Es la sociedad donde las personas tienen un acceso ilimitado a la información generada por otros. En esta sociedad, la información se multiplica al infinito debido a los procesos de aceleración histórica y herramientas tecnológicas disponibles. Las sociedades de la información emergen de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la cotidianeidad de las relaciones sociales, culturales y económicas en el seno de una comunidad, y de forma más amplia, eliminando las barreras del espacio y el tiempo en ellas, facilitando una comunicación ubicua y asíncrona.
Sociedad del conocimiento: Transformar la información para beneficio de la propia sociedad. A diferencia de la primera este tipo de sociedad tiene la capacidad para generar, apropiar, y utilizar el conocimiento para atender las necesidades de su desarrollo y así construir su propio futuro, convirtiendo la creación y trasferencia del conocimiento en herramienta de la sociedad para su propio beneficio. El proceso de aprendizaje se potencia en común, a través de redes, empresas, gremios, comunicación inter e intrainstitucional, entre comunidades y países.

CONOCIMIENTO Y PODER

El conocimiento científico (como conjunto de enunciados acerca de hechos del mundo) posee como característica principal su carácter público, pero no olvidemos tampoco su intención comunicativa, y que la comprensión de cualquier teoría científica depende del lenguaje, por muy simbólico que sea. Puede haber lenguaje sin ciencia pero no ciencia sin lenguaje.

Desde esta perspectiva, las teorías científicas pueden verse como discursos: enunciados con una función informativa; verdaderos porque aportan conocimiento sobre el mundo, pero ¿acaso no sirven las teorías científicas para que nos hagamos una imagen del mundo? Como las metáforas. Con lo que la Ciencia sería como un género literario.

Este enfoque lo recoge esa corriente de la segunda mitad el XX denominada Posmodernismo (contra la Modernidad y su fe en la razón y el progreso), caracterizada por mantener una actitud relativista/escéptica que desemboca en una concepción del saber como producción del Poder.

  • Influencia de Marx, que en el XIX había explicado que en cada uno de los distintos modos de producción de la historia se produce una ideología falsa de la realidad. también de Nietzsche, que criticó la ciencia al negarle que sus leyes alcanzaran objetividad alguna, porque consideraba que tras el velo de la Naturaleza no hay orden alguno sino caos; un caos que no soportan los débiles, de ahí la necesidad de inventar un orden racional.
  • El Postmodernismo considera que el conocimiento de cada época depende de su sociedad, en el sentido de que en según qué épocas algunas ideas no son ni siquiera pensables. Y en general que las supuestas verdades son promovidas por los centros de poder de cada época, por tanto el conocimiento es imposible, ya que siempre estará viciado por el poder o la política. El conocimiento como instrumento de poder y dominación.

La Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno) trató de desenmascarar el carácter ideológico de la ciencia positiva: La ciencia moderna que trajo el Renacimiento estaría basada en nuevo concepto de racionalidad basado en el dominio de la Naturaleza, en la explotación productiva de la naturaleza con el fin de lograr un progreso material de la sociedad.

  • Crecimiento y progreso: afirmación del individuo y búsqueda de la riqueza. la ciencia ya no es concebida como una actividad contemplativa; ya no es teleológica. Si no hay límites a nuestro conocimiento, no los hay a nuestro poder.
  • Horkheimer denuncia a la «ciencia pura» como un instrumento de dominio que, alejándose del servicio social por el cual debería definirse, se convierte en freno de todo progreso y en el regulador del orden social (burgués) en el que tuvo su origen. Es decir, la misma función que cumple la ideología para Marx.
  • (Ver los problemas éticos de la ciencia en el tema 2 de nuestro libro de texto).
  • De la razón como totalidad a la razón como instrumento; lo racional es lo útil.

Enlaces:

La Razón instrumental y la dominación de la Naturaleza.

Un diálogo entre profesor y alumno.

La experiencia

El Empirismo es una doctrina que se basa en la experiencia, dando por hecho que se trata de una experiencia sensible, sensorial.

¿Y las experiencias místicas con las que extasiarnos? Todos sí que tenemos experiencias oníricas; también intelectuales (todos también, ¿no?)… Bueno, hay experiencias de toda clase: religiosas, estéticas, naturales…

¿En qué consiste el fenómeno tener experiencias?

  • Podemos hablar de experiencias externas, consistentes en la relación sensible con cualidades de los objetos, accesibles y objetivas. Son el punto de partida del conocimiento del mundo exterior.
  • Las experiencias internas consisten en la vivencia psíquica previa a cualquier reflexión o comentario; intimidades subjetivas, privadas, con las que conocer el mundo interior.

En ambos casos se da por hecho que hay un sujeto que conoce.

EMPIRISMO Y RACIONALISMO

He aquí dos grandes tradiciones filosóficas. Así lo explicaba B. Rusell:

«Los empiristas -representados por Locke, Berkley y Hume- sostienen que todo nuestro conocimiento deriva de la experiencia; los racionalistas (Descartes, Leibniz) consideran que, además de lo que conocemos por la experiencia, hay ciertas ideas innatas independientes de ella. Empirismo tiene que ver con preponderancia de la experiencia (la facultad sensorial), mientras que Racionalismo tiene que ver con preponderancia de la razón.

Los racionalistas tenían razón en lo de los principios lógicos, pero los empiristas también al señalar que nada puede ser conocido como existente sino por medio de la experiencia. Los racionalistas creían que de lo que debe ser podían deducir la existencia de esto o aquello en el mundo real. El conocimiento exclusivamente a priori que se refiere a la existencia es hipotético: nos dice que si una cosa existe, otra debe existir, pero no nos da la existencia actual.»

Podemos hablar de un Empirismo fuerte (las experiencias sensibles constituyen el fundamento tanto de lo particular como de lo general) y uno débil: las experiencias sensibles constituyen el fundamento tan solo de lo concreto, y a partir de aquí las ideas abstractas puedan ser derivadas.

TEORÍAS DE LA JUSTIFICACIÓN

Quien no sea un escéptico talibán admitirá que percibimos cosas y que incluso conocemos al menos una parte del mundo; es decir, que el conocimiento es posible. Pero ¿cómo lo justificamos? Porque que podamos conocer no significa que siempre estemos ante un caso cognoscitivo, ¿verdad? ¿Cómo diferenciar entonces un caso de otro? Pues de eso se trata, de justificar, de dar razones sobre aquello que creemos conocer.

Repasemos un par de teorías:

FUNDAMENTALISMO

  • El conocimiento queda justificado cuando se apoya en un fundamento tan firme que no precise ser fundamentado a su vez. Ejemplos: las cosas en la antigüedad (cuando aún no se complicaban tanto); Dios en la Edad Media; el «Pienso luego existo» de Descartes, o el lenguaje, posteriormente.
  • La propia experiencia justifica el conocimiento. Por ello está emparentado con el Empirismo, en contra del dogmatismo metafísico: solo creencias sensoriales, y nada más, porque si no terminaremos en una continua incertidumbre. «A menos que algo sea cierto, nada más puede ser ni siquiera probable.» (C. I. Lewis).
  • Crítica: pero hay experiencias no justificadas que sin embargo son muy importantes para nosotros, ¿no?

COHERENTISMO

  • Emparentado con la lógica. El conocimiento se justifica como sistema coherente de creencias, deducidas unas de otras, para llegar así a una explicación global de la realidad.
  • Una creencia justificada no tiene por qué equivaler a verdadera… ¿0 sí? ¿Puede darse? ¿Y puede darse una creencia que, siendo verdadera, no esté justificada?
  • Crítica: Su incompatibilidad con el empirismo, porque si la aceptación depende de la coherencia lógica entre creencias, ¿qué papel juegan entonces los datos de la experiencia? Choca pues con la intuición que tenemos de que lo sentido, algo muy concreto, posee tal fuerza, aporta una evidencia tan intensa, que no necesita depender de otras cosas para su justificación. hay experiencias cuya verdad nos parece incuestionable. El Fundamentalismo sí que parece compatible con esto.